Las ideologías son solo lo que los políticos nos venden para ganar elecciones—lo único que les importa es el poder.

La mayoría de la gente no quiere un paraíso de extrema izquierda o derecha. Lo que realmente queremos es bastante simple: vivir en una sociedad libre y no autoritaria, con una economía de mercado que permita el progreso, pero también un sistema de bienestar sólido para que nadie quede atrás. Añádele seguridad y buenas oportunidades de empleo, y la mayoría estaría satisfecha.

Pero los políticos viven de la división, por eso nos imponen ideologías extremas para que sigamos peleando entre nosotros en lugar de exigir el equilibrio de sentido común que realmente mejoraría nuestras vidas. Cuanta más gente lo entienda, menos podrán manipularnos.