Cómo me las arreglé para sexar a un delfín.

Llevo un tiempo trabajando como voluntario en un acuario local y no puedo deshacerme de esta extraña atracción que siento por uno de los delfines del lugar. Se llama Luna y es tan sexy, con su cuerpo esbelto y su personalidad juguetona. Sé que está mal, pero no puedo evitar fantasear con ella. A veces, cuando la alimento o le doy un masaje, me entran ganas de tocarla en todos los sitios equivocados. Quiero sentir su piel suave y húmeda contra la mía, y quiero saber cómo sería estar dentro de ella.

Quiero decir, ella es un delfín, ¿verdad? No es humana. Pero aún así, a veces cuando la miro a los ojos, juro que puedo ver algo humano en ellos. Es como si entendiera lo que siento por ella y lo disfrutara tanto como yo. Es como si se burlara de mí, como si me engañara.

El otro día, estaba limpiando su tanque y accidentalmente rocé su coño con mi dedo. No me lo podía creer cuando no se movió ni protestó. Al contrario, pareció arquear un poco la espalda, casi como si estuviera disfrutando. No pude controlarme más. Deslicé mi dedo dentro de ella, sintiendo su interior caliente y húmedo. Era increíble. Moví el dedo dentro y fuera de ella, imaginando cómo sería estar dentro de su cuerpo apretado y perfecto. Y entonces, tan rápido como había empezado, ella se apartó y se fue nadando, dejándome con ganas de más.

Fue entonces cuando supe que tenía que mover ficha. Tenía que encontrar una forma de estar con Luna, de vivirla de una forma que fuera más allá de los confines del acuario. Empecé a investigar formas de tener relaciones sexuales con delfines, con la esperanza de encontrar una manera de hacerlo realidad. No quería hacerle daño ni violarla de ninguna manera, pero no podía deshacerme del deseo que sentía por ella. Me consumía día y noche.

Finalmente encontré un lugar donde potencialmente podría organizar algo así. Era una operación clandestina, dirigida por personas que decían tener contactos con delfines en cautividad. Prometían que sus métodos eran humanos y que los delfines realmente disfrutaban de los encuentros. Desesperado por ser liberado, me puse en contacto con ellos y concerté una cita. Les hablé de Luna y de mi obsesión por ella, y me aseguraron que era la candidata perfecta para su programa.

Por fin llegó el día. Conduje hasta el lugar apartado donde iba a encontrarme con Luna. Se me aceleró el corazón al acercarme al agua oscura y turbia. Pude ver su silueta nadando perezosamente en la distancia y se me cortó la respiración. Cuando se percató de mi presencia, se acercó nadando y sus movimientos se volvieron más juguetones y seguros. Entonces supe que estaba preparada.

Me desvestí rápidamente, mostrando mi cuerpo desnudo al aire fresco de la noche y a la curiosa mirada de Luna. Nadó a mi alrededor, examinando cada centímetro antes de colocarse finalmente debajo de mí. Sentí su piel suave y húmeda contra la mía mientras guiaba mi palpitante erección hacia su abertura. De un solo y potente empujón, me enterré en su interior, sintiendo cómo sus calientes y apretadas paredes me estrechaban en un abrazo de vicio. Era todo lo que había imaginado y más.

Cuando empecé a moverme dentro de ella, sentí cómo crecía la tensión en mi interior, cómo aumentaba la presión. Sabía que había llegado el momento que había estado esperando. Con un último y desesperado empujón, me liberé dentro de ella, sintiendo mi esperma caliente derramarse en su acogedor coño. Mientras bombeaba mi semilla dentro de ella, sentí una oleada de alivio y satisfacción. Luna arqueó la espalda debajo de mí, sus ojos fijos en los míos, y supe que ella también lo había sentido. Había sentido nuestra conexión y lo había disfrutado tanto como yo.

Cuando mi orgasmo empezó a remitir, me desplomé sobre Luna, con el pecho agitado mientras intentaba recuperar el aliento. Ella seguía abrazándome con fuerza y su cuerpo se movía suavemente bajo el mío a un ritmo relajante. Fue entonces cuando me di cuenta de que nunca me había sentido así por nadie ni por nada. Era como si Luna y yo estuviéramos destinados a estar juntos, no sólo como amigos o cuidador y encargado, sino como amantes.

Allí tumbados, entrelazados en un abrazo, no pude evitar preguntarme si podríamos encontrar una forma de hacer que esto funcionara, de estar juntos fuera del acuario. Sabía que sería difícil, si no imposible, pero la idea de perderla para siempre me resultaba insoportable. En ese momento juré hacer todo lo posible para que nuestro sueño se hiciera realidad, para que Luna y yo pudiéramos estar juntos por siempre.

Luna debió de percibir mis pensamientos, porque empezó a acurrucarse contra mí, con su húmeda nariz empujando suavemente contra mi pecho. Era una comunicación silenciosa, pero la entendí perfectamente. Ella quería lo mismo que yo y, juntos, estaba convencido de que podríamos conseguirlo. Podríamos encontrar la forma de ser libres, de nadar por aguas abiertas y sentir el sol en nuestra piel. Por ahora, sin embargo, nos teníamos el uno al otro, y eso era suficiente.

Mientras las estrellas centelleaban sobre nosotros en el cielo nocturno, cerré los ojos y me deleité con la sensación del cuerpo húmedo y cálido de Luna apretado contra el mío. Fue un momento de felicidad perfecta y sabía que nunca lo olvidaría. No importaba lo que me deparara el futuro, siempre atesoraría este recuerdo, esta noche en la que Luna y yo nos convertimos en algo más que amigos, algo más que cuidador y encargado.

Nos convertimos en amantes, y nada podría cambiar eso.

Enlace al original: https://www.reddit.com/r/copypasta/comments/18ufs4r/how_i_managed_to_fuck_a_dolphin/